
China se encamina a sobrepasar a Estados Unidos como el mayor país manufacturero del mundo mucho antes de lo previsto. La pregunta es: ¿tiene importancia?
En términos de tamaño, la respuesta es no. Pero si el tamaño es un indicador de la salud relativa del sector de cada país, la respuesta es sí.
Cualquiera que camine por los pasillos de una tienda minorista podría pensar que China ya es el mayor fabricante. Sin embargo, EE.UU. conserva esa distinción por un amplio margen. En 2007, el último año del que se tienen datos, EE.UU. representó un 20% de las manufacturas del mundo y China un 12%.
La brecha, no obstante, se está reduciendo a toda velocidad. Según la firma de consultoría IHS/Global Insight, para 2015 China producirá más en términos de valor agregado real. La utilización del valor agregado como barómetro elude el problema de la doble contabilidad al calcular el valor creado en cada etapa de un extenso proceso de producción.
Hasta hace dos años, la estimación de Global Insight era que China superaría a EE.UU. como el mayor país manufacturero del mundo para 2020. El año pasado, adelantó la fecha a 2016 o 2017. "La reciente y profunda recesión en el sector manufacturero de EE.UU. significa que China lo alcanzará unos años antes de lo que habría sucedido de no mediar una recesión", señala Nariman Behravesh, el economista jefe del grupo.
El sector manufacturero estadounidense se contrae. Está eliminando puestos de trabajo y, como consecuencia de la recesión, produce y exporta muchos menos productos, mientras que las fábricas de China siguen creciendo. Si los fabricantes de ambos países estuvieran prosperando, no habría muchas razones de disputa. Sin embargo, dada la enorme brecha comercial entre ambos países y la incertidumbre en EE.UU. sobre cuándo y cuánto se recuperará su sector manufacturero, el ascenso de China se ha convertido en un punto de fricción.
La actividad manufacturera china continuó subiendo en julio respecto del mes previo, según datos divulgados el sábado por la Federación de Logística y Compras de China. El Índice de Gerentes de Compras pasó de 53,1 en mayo y 53,2 en junio a 53,3 en julio.
Muchos economistas afirman que la contracción del sector manufacturero estadounidense, tanto en términos de empleos como de porción del Producto Interno Bruto, es una evolución económica normal que empezó mucho antes de que China surgiera como una potencia manufacturera. Según su punto de vista, la contracción hubiese ocurrido de todos modos y representq, en realidad, una señal de salud que el sector no necesita ser grande para ser productivo.
Behravesh, de Global Insight, es uno de los que consideran el ascenso de China como normal e incluso saludable. "En el curso natural, los países van de la agricultura a la manufactura y luego a los servicios", opina. "Subsidiar el sector manufacturero hace retroceder (a EE.UU) en esa curva".
Pero otra corriente de opinión, conocida como "fundamentalismo manufacturero" sostiene que el declive de EE.UU. no es natural y debe ser revertido para preservar su poderío económico. Esto requeriría combatir las políticas chinas que impulsan sus exportaciones de bajo costo, que inundan una variedad de industrias, desde la textil hasta la de neumáticos. "La noción de que podemos ser una sociedad no manufacturera es desatinada", señala Peter Morici, economista de la Universidad de Maryland, aludiendo a EE.UU. "Es pseudo ciencia que da lugar al colapso de las civilizaciones".
En términos de tamaño, la respuesta es no. Pero si el tamaño es un indicador de la salud relativa del sector de cada país, la respuesta es sí.
Cualquiera que camine por los pasillos de una tienda minorista podría pensar que China ya es el mayor fabricante. Sin embargo, EE.UU. conserva esa distinción por un amplio margen. En 2007, el último año del que se tienen datos, EE.UU. representó un 20% de las manufacturas del mundo y China un 12%.
La brecha, no obstante, se está reduciendo a toda velocidad. Según la firma de consultoría IHS/Global Insight, para 2015 China producirá más en términos de valor agregado real. La utilización del valor agregado como barómetro elude el problema de la doble contabilidad al calcular el valor creado en cada etapa de un extenso proceso de producción.
Hasta hace dos años, la estimación de Global Insight era que China superaría a EE.UU. como el mayor país manufacturero del mundo para 2020. El año pasado, adelantó la fecha a 2016 o 2017. "La reciente y profunda recesión en el sector manufacturero de EE.UU. significa que China lo alcanzará unos años antes de lo que habría sucedido de no mediar una recesión", señala Nariman Behravesh, el economista jefe del grupo.
El sector manufacturero estadounidense se contrae. Está eliminando puestos de trabajo y, como consecuencia de la recesión, produce y exporta muchos menos productos, mientras que las fábricas de China siguen creciendo. Si los fabricantes de ambos países estuvieran prosperando, no habría muchas razones de disputa. Sin embargo, dada la enorme brecha comercial entre ambos países y la incertidumbre en EE.UU. sobre cuándo y cuánto se recuperará su sector manufacturero, el ascenso de China se ha convertido en un punto de fricción.
La actividad manufacturera china continuó subiendo en julio respecto del mes previo, según datos divulgados el sábado por la Federación de Logística y Compras de China. El Índice de Gerentes de Compras pasó de 53,1 en mayo y 53,2 en junio a 53,3 en julio.
Muchos economistas afirman que la contracción del sector manufacturero estadounidense, tanto en términos de empleos como de porción del Producto Interno Bruto, es una evolución económica normal que empezó mucho antes de que China surgiera como una potencia manufacturera. Según su punto de vista, la contracción hubiese ocurrido de todos modos y representq, en realidad, una señal de salud que el sector no necesita ser grande para ser productivo.
Behravesh, de Global Insight, es uno de los que consideran el ascenso de China como normal e incluso saludable. "En el curso natural, los países van de la agricultura a la manufactura y luego a los servicios", opina. "Subsidiar el sector manufacturero hace retroceder (a EE.UU) en esa curva".
Pero otra corriente de opinión, conocida como "fundamentalismo manufacturero" sostiene que el declive de EE.UU. no es natural y debe ser revertido para preservar su poderío económico. Esto requeriría combatir las políticas chinas que impulsan sus exportaciones de bajo costo, que inundan una variedad de industrias, desde la textil hasta la de neumáticos. "La noción de que podemos ser una sociedad no manufacturera es desatinada", señala Peter Morici, economista de la Universidad de Maryland, aludiendo a EE.UU. "Es pseudo ciencia que da lugar al colapso de las civilizaciones".
2 comentarios:
si china consigue auparse al 1º puesto de manufacturacion. creo que para nosotros. paises que vamos de la mano de USA, mas que de china. no sera bueno para nosotros.
las politicas del gobierno español, europeo. es castigar mas al producto chino. pues con ello importamos su producto, y su deflacion.
no tengo nada contra china. estoy en contra de la deflacion, y una mayor importacion de china, nos traera la daflacion. con cada vez, precios mas bajos. y una perdida mayor de nuestros puestos de trabajo.
Así es.
No podemos importar más deflación.
Al Contrario, deberíamos importar inflación.
La Deuda se mata con la Inflación.
Publicar un comentario