
La oleada de pérdidas conocida en los últimos días por los bancos europeos nacionalizados demuestra que la normalización del mercado aún está lejos. Desde la semana pasada, las principales instituciones de Reino Unido, Alemania e Irlanda en manos estatales anunciaron resultados negativos en el semestre de más de 11.000 millones de euros.
La situación adquiere sus tintes más dramáticos en las islas británicas, donde sólo Lloyd´s Bank, fruto de la unión de Lloyd´s TSB y HBOS, presentó una pérdida de 3.600 millones de euros en el primer semestre del año, frente a las ganancias de 2.300 millones en 2008. La institución, que cuenta con un 43% de participación del Gobierno, quintuplicó sus provisiones hasta el valor récord de 15.730 millones.
Northern Rock, primer banco de renombre nacionalizado en el contexto de la actual crisis, perdió 905 millones, un 30% más en la tasa interanual, con una cartera de 707 millones de créditos fallidos en su balance.
Northern Rock, primer banco de renombre nacionalizado en el contexto de la actual crisis, perdió 905 millones, un 30% más en la tasa interanual, con una cartera de 707 millones de créditos fallidos en su balance.
Royal Bank of Scotland, por su parte, anunció pérdidas de 1.220 millones, frente a una previsión de los analistas de ganancias de 1.280 millones, una vez que elevó sus provisiones para impagos hasta 8.800 millones.
Según los analistas, todavía no está claro es el ritmo de recuperación de la banca nacionalizada hasta que esté otra vez en condiciones de volver a manos privadas. Sobre todo en Reino Unido, que plantea una solución de venta del Northern Rock para el próximo otoño. “Lo más importante es que los activos tóxicos en los balances ya se van quitando gradualmente de en medio, pero respecto al Northern Rock, creo tardará un poco más que el otoño para que se encuentre una solución”, expresa David Navarro, gestor renta variable del Inversis Banco.
Lloyd´s Bank, por su parte, intenta lo más breve posible desembarazarse de la influencia del Estado. Justificando el deterioro de las cuentas por el coste forzado de incorporación del Bank of Scotland (HBOS) a principios del año, Lloyd´s intenta renegociar su permanencia en el Asset Protection Scheme (APS), el plan de garantías del gobierno británico sobre activos tóxicos. Según Lloyd´s, que reportó 15.700 millones de préstamos dudosos en cartera en el semestre, las tasas cobradas por el APS son demasiado caras y perjudican la capacidad de recuperación.
Además, la banca inglesa sigue perdiendo popularidad, acusada de mezquindad respecto a los tipos de interés practicados en el mercado de vivienda. Mientras las sociedades consiguen préstamos interbancarios con el Libor a un 0,5%, las tasas hipotecarias mínimas cobradas por las instituciones nacionalizadas son de 3,25%.
Los efectos de la crisis empiezan a aumentar los temores de una “década perdida” en la economía británica, similar al que pasó en Japón en los años 90. En lo que toca el mercado financiero, por lo menos media década ya parece echada al traste. “La banca inglesa sigue en un proceso largo de reestructuración y llevará un mínimo de cinco años para que pueda volver a su status original, en las manos de inversores privados”, defiende Navarro.
ALEMANIA E IRLANDA
La crisis bancaria también se cebó de especial manera en Alemania, principalmente en la institución Hypo Real State, que ha necesitado varias tandas de ayudas públicas para asegurar su supervivencia. Con una participación de 90% del Estado alemán, este banco perdió 1.130 millones de euros en sólo seis meses, en contraposición a los beneficios de 160 millones cosechados en el primer semestre del pasado ejercicio.
En Irlanda, la situación de la banca nacionalizada tampoco parece cerca de una solución rápida. Además de las pérdidas de 4.100 millones padecidas por Anglo Irish Bank, el país sufre la presión de otras instituciones, como el RBS, que opera el Ulster Bank. Los expertos creen que tras la crisis solo restarán tres grandes grupos financieros: el nacionalizado Allied Irish Banks, Bank of Ireland, con capital privado nacional, y una tercera que saldrá de un probable proceso de fusiones bajo la influencia del Ejecutivo.
Más cerca, en la vecina Portugal, el Banco Central intenta sin éxito traspasar el control del Banco Portugués de Negocios (BPN) - que tuvo pérdidas de 578 millones e reducción del margen operativo de 50% en 2008 - para el privado Banco Portugués de Inversión.
Según los analistas, todavía no está claro es el ritmo de recuperación de la banca nacionalizada hasta que esté otra vez en condiciones de volver a manos privadas. Sobre todo en Reino Unido, que plantea una solución de venta del Northern Rock para el próximo otoño. “Lo más importante es que los activos tóxicos en los balances ya se van quitando gradualmente de en medio, pero respecto al Northern Rock, creo tardará un poco más que el otoño para que se encuentre una solución”, expresa David Navarro, gestor renta variable del Inversis Banco.
Lloyd´s Bank, por su parte, intenta lo más breve posible desembarazarse de la influencia del Estado. Justificando el deterioro de las cuentas por el coste forzado de incorporación del Bank of Scotland (HBOS) a principios del año, Lloyd´s intenta renegociar su permanencia en el Asset Protection Scheme (APS), el plan de garantías del gobierno británico sobre activos tóxicos. Según Lloyd´s, que reportó 15.700 millones de préstamos dudosos en cartera en el semestre, las tasas cobradas por el APS son demasiado caras y perjudican la capacidad de recuperación.
Además, la banca inglesa sigue perdiendo popularidad, acusada de mezquindad respecto a los tipos de interés practicados en el mercado de vivienda. Mientras las sociedades consiguen préstamos interbancarios con el Libor a un 0,5%, las tasas hipotecarias mínimas cobradas por las instituciones nacionalizadas son de 3,25%.
Los efectos de la crisis empiezan a aumentar los temores de una “década perdida” en la economía británica, similar al que pasó en Japón en los años 90. En lo que toca el mercado financiero, por lo menos media década ya parece echada al traste. “La banca inglesa sigue en un proceso largo de reestructuración y llevará un mínimo de cinco años para que pueda volver a su status original, en las manos de inversores privados”, defiende Navarro.
ALEMANIA E IRLANDA
La crisis bancaria también se cebó de especial manera en Alemania, principalmente en la institución Hypo Real State, que ha necesitado varias tandas de ayudas públicas para asegurar su supervivencia. Con una participación de 90% del Estado alemán, este banco perdió 1.130 millones de euros en sólo seis meses, en contraposición a los beneficios de 160 millones cosechados en el primer semestre del pasado ejercicio.
En Irlanda, la situación de la banca nacionalizada tampoco parece cerca de una solución rápida. Además de las pérdidas de 4.100 millones padecidas por Anglo Irish Bank, el país sufre la presión de otras instituciones, como el RBS, que opera el Ulster Bank. Los expertos creen que tras la crisis solo restarán tres grandes grupos financieros: el nacionalizado Allied Irish Banks, Bank of Ireland, con capital privado nacional, y una tercera que saldrá de un probable proceso de fusiones bajo la influencia del Ejecutivo.
Más cerca, en la vecina Portugal, el Banco Central intenta sin éxito traspasar el control del Banco Portugués de Negocios (BPN) - que tuvo pérdidas de 578 millones e reducción del margen operativo de 50% en 2008 - para el privado Banco Portugués de Inversión.
En Letonia, uno de los países más afectados por la crisis en Europa, la nacionalización del Parez Banka está en proceso de investigación por las autoridades en Bruselas, que tiene dudas sobre su viabilidad, la segunda mayor del estado balcánico.
Aunque los números hablen por si solos, el escenario presenta algunos aspectos positivos. “Si miramos de lejos, los resultados son francamente malos, pero si observamos un poco más de cerca, algunas instituciones presentan mejoras incluso superiores a la previsiones de los analistas”, afirma el gestor de renta variable de Inversis Banco.
Aunque los números hablen por si solos, el escenario presenta algunos aspectos positivos. “Si miramos de lejos, los resultados son francamente malos, pero si observamos un poco más de cerca, algunas instituciones presentan mejoras incluso superiores a la previsiones de los analistas”, afirma el gestor de renta variable de Inversis Banco.
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