
El veterano de la asesoría de inversiones Jon A. Barrack se sintió muy deprimido dos veces este año. A mediados de febrero, una entidad asumió el control de los activos de su empresa, Stanford Financial Group, después de que esta fuera acusada de operar una enorme pirámide financiera, un escándalo que tuvo repercusiones en América Latina.
Barrack y muchos de los 3.000 empleados de la firma financiera dejaron de recibir sus sueldos. No tuvo ingresos hasta abril, cuando empezó a trabajar para Oppenheimer & Co. en Memphis, Tennessee. El 15 de julio, Oppenheimer cerró su oficina y despidió a 20 de los cerca de 90 ex asesores de Stanford que habían sido contratados.
Barrack y muchos de los 3.000 empleados de la firma financiera dejaron de recibir sus sueldos. No tuvo ingresos hasta abril, cuando empezó a trabajar para Oppenheimer & Co. en Memphis, Tennessee. El 15 de julio, Oppenheimer cerró su oficina y despidió a 20 de los cerca de 90 ex asesores de Stanford que habían sido contratados.
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