
Quien no lo sepa, recordarle que las fusiones traen miseria, y más todavía en épocas de Deflación Penitente.
La fusión de Caixa Girona, Sabadell, Terrassa y Manlleu, que dará lugar a la tercera caja catalana y la octava española, reducirá en 500 personas su plantilla, hasta los 4.000 trabajadores, y cerrará 200 oficinas, con un total de 750 sucursales. El ajuste de la plantilla se realizará a través de prejubilaciones y reubicación de personal dentro de la nueva entidad, según se está negociando en una mesa laboral con los sindicatos. Además, para la reubicación de empleados se potenciarán diferentes líneas de negocio, como la banca de empresa, la banca personal y los seguros, con el objetivo de impulsar su crecimiento y penetración dentro del mercado.

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