Un nuevo gobierno en Japón podría promover una moneda más débil y una mayor disciplina fiscal en momentos en que la recuperación económica del país nipón sigue vulnerable a un yen fuerte y el nerviosismo que impera por los problemas de deuda soberana.
Durante el corto mandato de Yukio Hatoyama, las políticas laborales del primer ministro y sus estrictas metas de emisión de gases contaminantes fueron consideradas por algunos como medidas poco favorables para las empresas.
Hatoyama tampoco tuvo mucho éxito en sus esfuerzos por frenar el fortalecimiento del yen y renunció antes de ofrecer un plan para reducir la enorme deuda fiscal de Japón, incluso cuando su gobierno propuso medidas de gasto para revivir la demanda de los consumidores.
El ministro de Finanzas, Naoto Kan, quien fue nombrado primer ministro el viernes, difiere de Hatoyama en dos puntos clave: prefiere un yen débil y se inclina más por un aumento del impuesto al consumo.
Kan también fue una de las principales voces que advirtieron sobre los peligros de la deflación y presionó al Banco de Japón para que adopte medidas más enérgicas contra la caída de precios. Desde que se convirtió en ministro de Finanzas en enero, Kan ha dicho en varias ocasiones que quiere que la divisa japonesa se debilite, ya que esto impulsaría las ganancias de los exportadores y ayudaría a combatir la deflación.
Un yen más débil sirve de apoyo a las ganancias en el extranjero de empresas como Sony Corp. y Toyota Motor Corp., así como de fabricantes más pequeños.
El repunte de las exportaciones fue el motor principal de la expansión de 4,9% (sobre una base anualizada) del Producto Interno Bruto japonés entre enero y marzo de este año.
Aunque es poco probable que un gobierno encabezado por Kan reanude la intervención en los mercados de divisas, algo que el gobierno no ha hecho desde 2004, podría tratar de debilitar el yen de forma más enérgica si éste se fortalece demasiado, señalan analistas.
"Con Kan como primer ministro, eso podría de hecho proveer un mayor respaldo a la tasa de cambio entre el dólar y el yen", dijo Satoshi Okagawa, corredor de divisas extranjeras de Sumitomo Mitsui Banking.
En este caso el dólar se mantendría por encima de la barrera clave de 90 yenes, agregó.
Pero algunos analistas dijeron que factores externos podrían fortalecer el yen a pesar de un nuevo gobierno.
La amenaza de un contagio adicional de los problemas de deuda soberana de Europa debería mantener una presión a la baja sobre el euro y podría seguir beneficiando el refugio que significa la divisa japonesa, señalaron.
Si Kan asume el mando, probablemente intensificará las reformas fiscales.
"Kan ha hecho énfasis en la importancia de una reforma fiscal y argumenta que el gobierno debería considerar urgentemente un aumento del impuesto al consumo", dijo Kyohei Morita, economista jefe para Japón de Barclays Capital.
Un mayor enfoque en una reforma fiscal beneficiaría el mercado de bonos del gobierno, al mantener bajos los rendimientos. Retornos más bajos reducirían los costos de endeudamiento del país.


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