Protección de las funciones sociales esenciales de Europa:
- Desarrollar criterios mínimos de preparación para servicios esenciales como hospitales, escuelas, transporte y telecomunicaciones.
- Mejorar el almacenamiento de equipos y materiales críticos.
- Mejorar la adaptación climática y la disponibilidad de recursos naturales críticos como el agua.
Promoción de la preparación de la población:
- Incentivar al público a adoptar medidas prácticas, como mantener suministros esenciales durante un mínimo de 72 horas en situaciones de emergencia .
- Integrar lecciones de preparación en los programas escolares e introducir un Día de Preparación de la UE.
Fortalecimiento de la cooperación civil-militar:
- Realizar ejercicios de preparación periódicos en toda la UE, reuniendo a las fuerzas armadas, la protección civil, la policía, la seguridad, los trabajadores sanitarios y los bomberos.
- Facilitar inversiones de doble uso.
Fortalecimiento de las capacidades de previsión y anticipación:
- Desarrollar una evaluación integral de riesgos y amenazas a nivel de la UE, ayudando a prevenir crisis como desastres naturales o amenazas híbridas.
Aumentar la cooperación público-privada:
- Crear un grupo de trabajo de preparación público-privado.
- Formular protocolos de emergencia con las empresas para garantizar la rápida disponibilidad de materiales, bienes y servicios esenciales y asegurar las líneas de producción críticas.
Mejorar la cooperación con socios externos:
- Trabajar con socios estratégicos como la OTAN en materia de movilidad militar, clima y seguridad, tecnologías emergentes, ciberseguridad, espacio e industria de defensa.
Fondo
El Informe Niinistö sobre la Preparación y Disponibilidad de la UE concluyó que es urgente reforzar la preparación y disponibilidad civil y militar de Europa para afrontar los crecientes desafíos de seguridad actuales —en materia de salud, migración, seguridad tecnológica, clima, defensa o economía—. El informe instó a un profundo cambio de mentalidad y a una transformación en la forma de entender y priorizar la preparación en toda la Unión Europea. Asimismo, reconoció que la preparación no es solo una responsabilidad nacional, sino un esfuerzo europeo compartido que requiere un papel más destacado de la Unión en la coordinación y el apoyo a los Estados miembros en este ámbito.
Por tanto, la Estrategia se centra en un enfoque integrado de todos los riesgos , un enfoque de todo el gobierno , que reúne a todos los actores pertinentes, en todos los niveles de gobierno (local, regional, nacional y de la UE), y un enfoque de toda la sociedad , que reúne a los ciudadanos, las comunidades locales y la sociedad civil, las empresas y los interlocutores sociales, así como a las comunidades científicas y académicas.
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