
Santander, primer banco español, ha completado su plan de recompra de bonos de titulización con una aceptación inferior al 4%. Es decir, apenas ha amortizado 608 millones sobre los 16.500 millones a los que se dirigía la oferta. Los descuentos a los que quería adquirir la deuda eran de entre el 10 y el 39%. El banco destinará las plusvalías obtenidas a fortalecer el balance y mejorar la estructura de capital.
Los bonistas han preferido mantener los bonos estructurados de Santander en cartera para seguir cobrando intereses en lugar de asumir pérdidas vendiéndolos por debajo del valor nominal, es decir, al precio al que los compraron. Lo que en principio era una gran operación para ambas partes, ya que los bonos cotizaban a bajos precios y Santander iba a reforzar sus provisiones, se ha quedado en agua de borrajas.
En el caso de que todos los bonistas hubieran acudido a la oferta, las plusvalías para Santander hubieran sido de unos 2.900 millones de euros, lo que hubiera engrosado su core capital en unos 40 puntos básicos (ahora está en el 7,5%). Según cálculos de este portal, las ganancias netas son de unos 115 millones, una cifra despreciable en términos de capital para el banco cántabro.
Santander ha hecho frente a estas obligaciones de pago con su liquidez ordinaria disponible. A pesar de que la oferta se cerraba ayer por la tarde, la entidad se reserva el derecho a modificar los términos y condiciones de la invitación, así como a extender, reabrir o terminarla en cualquier momento. La oferta se dirigía a 27 series distintas emitidas por determinados fondos gestionados por Santander de Titulización.
En julio, el banco que preside Emilio Botín anunció otra oferta de canje para 30 emisiones de sus bonos y participaciones preferentes en manos de inversores foráneos por un total de 9.100 millones. La aceptación de esta propuesta está en torno al 60%, según datos estimados.

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